Hubo una época donde las tablets eran el no va más, todo el mundo quería una para jugar, ver contenido multimedia, ofimática, etc. Sin embargo, de un día para otro esa euforia desenfrenada desapareció, la mayoría de empresas las dejaron de fabricar y muchos nos olvidamos de ellas. Esto ocurrió por varios factores, entre ellos una falta de innovación, escaso desarrollo de software o la aparición de otros productos sustitutivos que hacían inútil su compra, más allá de ver una peli o dársela al niño para entretenerlo.
Por suerte, Google puso la primera piedra para que Android se adaptase mejor a estos dispositivos, una semilla recogida por fabricantes como Samsung, el cual está dando una importancia inesperada al mundo de las tablets; en parte para competir con su rival más directo, Apple. Esto, como muchos imaginaréis, nos beneficia a nosotros los consumidores, ya que los coreanos intentan luchar con toda su artillería para que la manzana mordida no inunde el mercado, ofreciendo productos iguales o mejores a los americanos pero con más opciones a la hora de adquirirlos. Por no olvidar mencionar, que poco a poco Samsung ha ido creando un ecosistema digno de admiración.
Dimensiones | 285 x 185 x 5,7 mm |
Peso | 567 gramos |
Pantalla | Super AMOLED 12,4 pulgadas | Corning Gorilla Glass 5 | WQXGA+ | HDR10+ | Tasa de refresco de 120 Hz |
Procesador | Qualcomm Snapdragon 8 Gen 1 |
Sistema operativo | Android 13 (One UI 5.0) |
Conectividad | 5G | WiFi 6 | Bluetooth 5.1 | GPS | USB tipo C |
Batería | 1090 mAh |
Cámaras | Cámara frontal: 12 megapíxeles Cámaras traseras: 13 MP + 6 MP Resolución de vídeo: UHD 4K (3840 x 2160) a 30 FPS |
Precio | Desde 869 € (128 GB/8GB) ampliables |
Nada más abrir la caja nos encontramos con el plato fuerte, la tablet envuelta con sumo cuidado. Por desgracia, en la caja no veremos el cargador —una tendencia que no es tanto por el medio ambiente, sino para sacar los cuartos y ahorrar costes—, aunque si cuenta con cable USB tipo C. No obstante, no todo iba a ser negativo, incluye un S Pen, lo que se agradece y mucho, debido a su elevado precio; y que sin él la Galaxy Tab tiene menos sentido. Por último, la caja incluye el típico pinchito para la tarjeta SD y los manuales reglamentarios.
Respecto a su diseño, se trata de un dispositivo muy fino, mucho más que cualquier teléfono actual, en negro mate por la parte trasera —todo un imán para las huellas—y con un módulo de cargar imantado para el S Pen justo debajo (o al lado) de las cámaras. El tacto se siente premium y adecuado a su precio. Por otra parte, el sonido es de alta calidad gracias a la integración de 4 altavoces estéreos, haciéndola el dispositivo perfecto para reproducir contenido audiovisual. Sin embargo, hay una cosa que no me ha gustado nada, y es la huella en pantalla, funciona bien, como era de esperar, pero debido a su posición prácticamente no la usas, no resulta natural. En cuanto pase unos días te cambiarás al desbloqueo facial.
Gracias a Samsung he podido probar durante algo más de 3 semanas la Galaxy Tab S8+, una tablet muy versátil y con potencia de sobra para tareas de ofimática, algo de edición y poder jugar a los títulos más top de la actualidad, pero eso es sobre el papel. Si bien es cierto que no tenemos problemas de rendimiento, y la pantalla es excesivamente buena, muchas de las apps (principalmente juegos) no están adaptadas para este tipo de pantallas y medidas, lo que provoca una perdida en la resolución y calidad de las mismas. No es culpa de Samsung, sino de los desarrolladores, pero es algo a tener muy en cuenta. Os dejo algunos ejemplos en imágenes, todo con la máxima calidad posible.
Sucede algo muy parecido cuando ves un vídeo en 720p desde el móvil, y se ve realmente bien al tratarse de una pantalla reducida, pero si lo ves desde una más grande, como un monitor de tamaño estándar, lo mejor es no darle al play siquiera. Aun así, no está mal resuelto del todo, ya que juegos como Wild Rift la diferencia es mínima en plena partida; más allá de la comodidad de sus controles.
Si os soy sincero, lo que menos haréis es jugar con ella, y si lo hacéis, seguramente tiréis por el juego en la nube de Microsoft o similares, que gracias a su pantalla y batería; podréis disfrutar de largas sesiones de juego en una calidad optimiza. Bueno, siempre que tengas una conexión adecuada para ello.
Podría decirse que esta es su finalidad, un dispositivo que nos haga la vida más fácil a la hora de trabajar, editar imágenes o tomar apuntes. En este tipo de tareas el desempeño de la Galaxy Tab S8+ es sobresaliente, y aún más con la estupenda combinación del S Pen, que nos servirá también como disparador de la cámara o para abrir ciertas ventanas como el blog de notas. Además, en la parte inferior tenemos los clásicos pines para conectar un teclado, por lo que su versatilidad es aún mayor. Se podría decir que, gracias a ella, podrás combinar varias herramientas y dispositivos en uno solo, reduciendo peso y otorgando movilidad.
La Galaxy Tab S8+ es una tablet sobresaliente, pero con sus cosillas, no todo es perfecto en este mundo. Respecto a su diseño, procesador y versatilidad, no hay duda que estamos antes una buena compra, aunque todo depende de tus necesidades personales; pero os aseguro que no dejará indiferente a nadie. Realmente, los problemas que le podemos achacar son casi todos de software, los cuales se pueden ir solucionando y adaptando a lo largo de los meses; algunos podrían estar solucionados con las últimas actualizaciones.
Si buscas un dispositivo para trabajar, disfrutar contenido multimedia e incluso jugar en la nube de vez en cuando, cómprala. Además, se integra con el ecosistema de Samsung y no tendrás problemas de rendimiento o batería, eso si, que con su precio no incluya cargador, me siga pareciendo un delito.
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