Samsung nos presenta un avance conservador, pero que acierta en aquello que mejora: La pantalla exterior y el sistema de pliegue, que nos permite plegar el Flip 5 sin dejar espacio entre sus pantallas interiores.
Hace cuatro meses tuve ocasión de probar, por primera vez, un teléfono plegable. Se trató del Galaxy Z Flip 4, cuyas valoraciones os pude contar aquí.
Hoy os vengo a hablar de la nueva versión del plegable tipo Flip de los coreanos, el Galaxy Z Flip 5 y las sensaciones son muy similares, aunque matizadas gracias a la experiencia de uso de casi medio año con un terminal plegable.
En el análisis del Galaxy Z FLip 4 dije que era un terminal que había llegado para desterrar la monotonía en la que se ha instalado la industria de la telefonía, haciendo un terminal vistoso y llamativo. En esta ocasión, la compañía de las tres estrellas ha superado con el Galaxy Z Flip 5 lo que consiguió en la generación pasada.
Un diseño llamativo: todo el mundo sabrá que tienes un Flip
Lo ha hecho sin cambiar el diseño de manera dramática, más bien todo lo contrario, pero esa pantalla exterior que ocupa toda una mitad del terminal no le pasa inadvertida a nadie y marca diferencias.
De hecho, en cuanto al diseño, podemos decir que Samsung ha sido conservadora a la hora de renovar su plegable más popular, pero ha dado en el clavo en los elementos que ha cambiado. No solo hablamos de la pantalla exterior, que le dan un aspecto mucho más actual y vistoso y de la que luego hablaré un poco más, sino también del nuevo sistema de bisagra, que permite un pliegue total del teléfono, no dejando hueco entre las pantallas interiores cuando se dobla, todo un acierto y una mejora para la durabilidad del dispositivo.
Por lo demás, hablamos de un terminal que es un calco del anterior. La pantalla interior es de 6,7 pulgadas, AMOLED, con una calidad digna de Samsung, lo que es mucho decir. Doblado, ocupa lo mismo que su predecesor, 86,4 x 72,2 x 17,1 mm, mientras que abierto encontramos un teléfono estrecho y alargado de 166 x 72,2 x 6,9 mm, lo que le confiere un aspecto panorámico característico de los Flip.
Precisamente, gracias a ello, es un teléfono fácil de llevar encima. Uno incluso llega a perder la noción de cargarlo y ha de echar mano al bolsillo para asegurarse que lo carga consigo (perdiendo algún año de vida en el camino).
La pantalla exterior: El gran avance del Flip 5
Para mí, este ha sido sin duda alguna el gran avance de esta generación. Muy por encima de la bisagra en forma de gota que permite un pliegue perfecto. El Galaxy Z Flip 4 venía con una pantalla exterior de 1,9 pulgadas que era útil para saber qué notificaciones recibíamos, pero no para poder interactuar con ellas.
Esto ha cambiado, en parte, en esta generación. Las 3,4 pulgadas que nos ofrece este año el Flip 5 (ojo, que mi primera Blackberry tenía una pantalla de ese tamaño) nos da mucho más juego, pudiendo contestar mensajes gracias a su teclado completo, ver el tiempo, configurar alarmas, controlar los Galaxy Buds, responder llamadas, consultar la ruta en Google Maps, etc.
Todo ello sin necesidad de desplegar el teléfono, dotando al Flip de una mayor usabilidad, sencillez e inmediatez.
Esto, sin embargo y en mi experiencia, tiene su reverso negativo. No dudo que haya quien se sienta cómodo con esta pantalla exterior y de verdad le saque partido. No ha sido mi caso.
El teclado se me quedaba corto y no me permitía ver si me iban escribiendo o qué iba escribiendo yo, lo que me daba fastidio y acababa desplegando el teléfono (que, por cierto, abría la App en la pantalla interior en el punto exacto en el que estaba en la pantalla exterior) para escribir.
Tampoco me parece que las App sean fáciles de configurar para usar en la pantalla exterior, al menos para un usuario medio que no quiere complicaciones con su móvil. No son las 12 pruebas de Hércules, pero no es un proceso intuitivo. Algunas son nativas y se incluyen directamente, como el tiempo, el control de Galaxy Buds o la alarma. Otras, están debidamente optimizadas para el Flip 5, como algunas de Google como Maps. Nada que objetar en estos casos, de 10.
Pero para usar WhatsApp, Telegram, YouTube, Spotify o Twitter es necesario instalar un launcher de Good Lock que adapta las App al formato de 3,4 pulgadas. ¿Dramático? No, pero es algo que si le pasa a algún amigo que no se apañe mucho con la tecnología tendrás que auxiliar y, por tanto, es algo que no es accesible a todo aquel que compre el teléfono.
La nueva bisagra: Ayuda, sí, pero tampoco soluciona demasiado
Otro elemento que ha supuesto un avance notorio en el Flip 5 es su sistema de bisagras. Ahora, tenemos una bisagra de tipo gota que permite que el teléfono se pliegue por completo, no dejando espacio entre las pantallas internas.
Los amigos de Fixit han desmontado el terminal y nos muestran el nuevo sistema de bisagras en detalle, por si sentís curiosidad:
Teniendo en cuenta que el enemigo mortal de este terminal es el polvo, esta nueva solución alivia pero no soluciona el problema. De hecho, el Galaxy Z Flip 5 sigue contando con protección contra agua, pero no contra polvo. Así te lo anuncia el propio teléfono cuando lo estás configurando.
En cuanto al pliegue de la pantalla, aquí no se ha avanzado nada. Se sigue notando exactamente igual que en su modelo anterior, que no es poco. Eso sí, parece un precio a pagar razonable a cambio de lo que ofrece el diseño del Flip.
Rendimiento: Misma batería, mejor procesador, menos veces desplegado
La batería no ha variado sustancialmente. Es correcta, sin más. Durará una jornada normal, haciendo fotos y chateando, viendo redes sociales y quizá algún vídeo de YouTube, pero si le achuchas, sufre.
Cuenta, eso sí, con dos ventajas con respecto al modelo anterior. La primera, el procesador. El Snapdargon 8 Gen 2 es una bestia. Si el anterior chip de Qualcomm era excelente, pero tendía a sobrecalentarse, en esta versión no se nota un calentamiento especial. Todo fluye rápido, fluido y eso se nota en la batería, que gana algo sin ser mejor gracias a tener un mejor chip.
Otra ventaja es la pantalla exterior. Al derivar varias acciones a la pantalla exterior, el móvil se despliega mucho menos. El resultado es que, al no ser necesaria tanta energía para alimentar una pantalla de 3,4 pulgadas que la pantalla de alta resolución de 6,7 pulgadas interior, esto repercute en un consumo más moderado sin tener que moderar el uso.
Sigue teniendo el mejor selfie del mercado
Las cámaras son exactamente las mismas que en la generación anterior. Las tres. Samsung no ha hecho ninguna variación en este sentido.
Cuanta con dos cámaras exteriores, un objetivo de 12 megapíxeles principal y un ultra gran angular de 12 megapíxeles también. El resultado es bueno, como se puede apreciar:
No obstante, no está al nivel de otros Galaxy que están en su misma gama de precios. Ni por teleobjetivo, ni por macro, ni por aplicaciones como Expert RAE (ya que el Flip no es compatible con el formato RAW). Tampoco nos permite florituras como la fotografía astronómica (ojalá Samsung lo hubiera llamado modo Galaxy).
Sin embargo, tiene una gran virtud, es el mejor selfie del mercado un año más. No por su cámara interior de 10 megapíxles, sino porque el teléfono permite hacer uso de sus cámaras exteriores para tomar selfies de manera muy cómoda. Aquí vuelve a aparecer la pantalla exterior de 3,4 pulgadas, que nos sirve de “espejo” para poder previsualizar ahí la foto y encuadrar debidamente. Además, este año nos permite tomar fotos con el teléfono plegado usando tan solo esta pantalla, lo cual hace que el selfie sea cómodo y rápido con un Flip 5.
No hay que dejar pasar por alto el modo Flex y las posibilidades que da tener un teléfono capaz de plegarse y aguantar el equilibrio para tomar fotos de grupo, por ejemplo. Desde mi perspectiva, esto convierte en la cámara del Flip 5 no en la mejor cámara de un smartphone, pero sí en la cámara más divertida y enfocada a redes sociales en un smartphone, que no es poco.
Conclusiones:
Hace unos meses dije que el Galaxy Z Flip 4 era un móvil divertido. Sin duda, me reafirmo con esta quinta edición del plegable más popular de Samsung. Es un terminal llamativo, fácil de transportar y sobre todo, divertido.
Sigue siendo de construcción robusta y elegante, es muy bonito. Sin embargo, y tras casi medio año usando teléfonos plegables, también he de decir que se echa de menos el clásico rectángulo de cristal soso pero práctico. No es el Flip, soy yo, seguramente, pero el hecho de tener que desplegar y plegar el teléfono para sacarle todo el partido me pareció fantástico en verano.
En esta época, cuando el teléfono se convierte en gran medida en una herramienta de trabajo, es un poco más incómodo estar todo el día abriendo y cerrando.
No obstante, sí que es un teléfono que recomendaría sin dudar a gente que le dé más uso a redes sociales y que quiere un teléfono fresco y descarado, ahora aún más útil, puesto que ha cambiado poco, pero lo que ha cambiado ha sido en puntos clave.