La larga duración de los teléfonos puede tener una cara amarga también y es que se pueda volver obsoleto y no soporte las nuevas funciones que vayan llegando.
A inicios de año, Samsung anunció en el lanzamiento de la serie Galaxy S24 que éstos tendrían siete años de actualizaciones de sistema operativo, lo que es un récord en el mundo Android (con permiso de Google Pixel).
Sin embargo el entusiasmo de los usuarios de Samsung recibe un jarro de agua fría con la siguiente generación de Galaxy A presentada por Samsung la próxima semana, los Galaxy A55 y Galaxy A35, los cuales no se beneficiarán de esta longevidad recién abrazada por la casa de las tres estrellas.
Los coreanos se escudan en que han adecuado los años de actualización a las capacidades de hardware de los dispositivos
Tampoco quiere decir que se vayan a quedar desamparados, los Galaxy A55 y Galaxy A35 dispondrán de cuatro años de actualización de Sistema Operativo y un año más de actualizaciones de parches de seguridad, lo que tampoco está nada mal.
Los Galaxy A55 y A35, a pesar de tener muy buena pinta, no tienen el hardware que tienen los Galaxy S24, S24+ y S24 Ultra y aguantarlo siete años puede dañar considerablemente la experiencia de usuario, cosa que no quiere Samsung.
Además, podría suponer un freno a la venta de teléfonos de gama media, con mayor rotación que los terminales premium, más caros y difíciles de sustituir.
Así que los consumidores que adquieran uno de los nuevos Galaxy A55 o Galaxy A35 podrán disfrutar desde su lanzamiento de One UI 6.1 y las mejoras de IA que ello implica y podrá prolongar su SO hasta One UI 10. No son 7 años, pero no está mal.